Revolución

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“La libertad no es más que un fantasma inofensivo mientras existan hombres que puedan matar impunemente de hambre a otros. La libertad es un fantasma inofensivo cuando a través de un monopolio el rico logra ejercer el derecho de vida y muerte sobre sus semejantes.” JACQUES ROUX

lunes, 1 de septiembre de 2014

La sombra del escarmiento


El sábado pasado, día 23, asociaciones de víctimas y memoria histórica de Navarra conmemoraron la matanza de Valcaldera, homenajearon a los asesinados y reclamaron ayudas públicas para dar con el paradero de los restos que fueron sacados de la fosa en la que estaban enterrados, trasladados por la fuerza al Valle de los Caídos, exhumados de ese lugar y finalmente desaparecidos.
Coincidiendo con ese homenaje, en Aguilar de Campo, Palencia, una organización de extrema derecha homenajeó a la Legión Cóndor que bombardeó Gernika y Durango con la autorización de la Guardia Civil y de la alcaldía de la localidad en manos del Partido Popular, en consonancia sin lugar a dudas con su desvergonzada declaración de atender el «espíritu», ya no sé si de las últimas o penúltimas recomendaciones de la ONU, en orden a la verdad, justicia y reparación de las víctimas del franquismo y del golpe militar que lo facilitó.
Pues bien, si bien la fiscalía impulsa diligencias por el número folklórico de los trabucaires catalanes que «disparan» en dirección al domicilio de un cargo del PP, no lo ha hecho, ni hay noticia de que lo vaya a hacer, con el homenaje a la Legión Cóndor, como tampoco lo hizo por el homenaje a la División Azul en instalaciones de la Guardia Civil. A esto el gobierno del Partido Popular le llama cumplir la Ley de Memoria Histórica y sostener un estado de derecho en el que todos somos iguales ante la Ley. País podrido este, necesitado de cambios profundos y de una regeneración democrática de un sistema devaluado a límites de dictadura, a la vista de las últimas cacicadas legales del partido en el gobierno.
Son tantos y tan a diario los actos de agresiones a monumentos, las prohibiciones, el zancadilleo a los investigadores, la prevaricación relacionada con todo lo referente a Memoria Histórica que resulta imposible responder a todos, uno por uno.
Frente al propósito de Verdad, Justicia y Reparación el gobierno del partido popular aboga por el olvido por decreto y por la amenaza: «O todos concluimos que ya estamos totalmente reconciliados o la única alternativa es el resurgir de odios subyacentes, lo cual implicaría un riesgo demasiado alto», que es lo que un portavoz gubernamental le dijo al delegado de la ONU, algo de una desvergüenza que retrata a quienes nos tienen sometidos.
Esas palabras reflejan bien quién maneja la situación y quién los hilos. Yo creo que es el gobierno el que está azuzando odios viejos y sobre todo nuevos, pero eso por lo visto solo lo vemos los demás. Quien admite que existen odios que pueden resurgir es el gobierno, no las víctimas o sus herederos. Su advertencia del «riesgo» no puede señalar más que a sus propias filas, lo que hace de esas palabras gubernamentales recogidas por el relator de la ONU un monumento a la indecencia.
El gobierno encuentra legítimos los homenajes a la Legión Condor hace una semana, o al División Azul, dos cuerpos del ejército nazi que en otros países europeos sería delito perseguible por la fiscalía. Aquí no. Aquí eso se sigue viendo como perteneciente a la dictadura franquista que el partido en el gobierno y sus socios ni han condenado, ni condenan, ni van a condenar, parapetándose en un sistema legal viciado y en el fraude continuado de ley. Hay leyes, pero no se cumplen o lo menos posible.
El relator de la ONU ha necesitado 20 apretadas páginas para señalar las carencias españolas, es decir, del gobierno del Partido Popular en materia de Memoria Histórica que convierten el ejercicio de esta por su parte en una burla ofensiva: no hay intención real de cumplir con lo previsto en la ley de Memoria Histórica y la mala voluntad gubernamental es patente.

A la vista de ese informe y de los empujones que reciben a diario víctimas de la guerra o del franquismo, es imposible sostener que el golpe militar de julio de 1936, la guerra civil y la represión que siguió a ambos y sostuvo la dictadura franquista sean cosa del pasado y cada día menos. Esa es una sombra espesa que se proyecta en el presente. Y mañana más, otra.
Miguel Sánchez-Ostiz, Diario de Noticias 31/08/14