Siendo realistas, hoy en día (y en general a lo largo de toda la historia del ser humano), el respeto a los Derechos Humanos queda relegado a un segundo o tercer plano ya que por desgracia lo que prima y lo que importa a las entidades y personas más influyentes a nivel mundial, es el dinero y el poder.
Ejemplos de ello los tenemos a diario, y sin ir más lejos algo que no hace mucho llamó poderosamente mi atención fue el despreciable y servil comportamiento de las autoridades españolas con el viceprimer ministro chino en su visita a España allá por el mes de enero. Esto resumió muy bien la situación y el trato que se le da a los DDHH. China, un estado que lleva décadas sometiendo brutalmente a su población, donde abunda la inexistencia de libertades de todo tipo (de expresión, de prensa, de libre sindicación y organización, etc. Etc.), represalias atroces frente a aquellos que alzan mínimamente la voz frente al régimen, un país que tiene al actual premio nobel de la paz Liu Xiaobo encarcelado, ataques sistemáticos hacia los tibetanos, China es el responsable del 70 % de las ejecuciones por pena de muerte del total mundial y podríamos seguir citando mil y un ejemplos de cómo destrozan una y otra vez el respeto a los DDHH. Sin embargo, llega a España el viceprimer ministro del gobierno chino y como es en estos momentos primera potencia económica mundial se le recibe con todos los honores del mundo, y vimos como nuestro gobierno, casa real, empresarios (el comportamiento de este colectivo lo puedo entender más ya que están para lo que están o sea hacer negocio) e incluso ciertos medios de comunicación acudieron presurosos a lamer el culo de esta persona que en definitiva representa todas aquellas aberraciones y tropelías frente a los Derechos Humanos, que acabo de enumerar. La conclusión en este sentido es clara, cuando están en juego intereses económicos y estratégicos se mira rápido para otro lado y se ven cosas tan bochornosas como que un gobierno que se autoproclama socialista y dice ser de izquierdas, amante de las libertades, del talante y todas esas cosas que suenan tan bien, no tiene el mínimo reparo en agasajar a un país que viola de forma sistemática una y otra vez los derechos humanos.
Dejaré estas desvergüenzas ya a parte, y centrándome en lo que son los DDHH, pienso que estos no son simplemente tener la libertad de introducir un papel en una urna cada 4 años para supuestamente elegir a “tus representantes” (como muchos creen), ni tener la libertad de elegir qué marca de coche o de ropa me voy a comprar, digo esto porque parece que en ciertos sectores de la sociedad y para algunas personas con disponer de estas cosas ya está todo solucionado y con eso ya tenemos todo conseguido.
En muchas ocasiones el foco de la vulneración lo llevamos a países distantes del nuestro (interesadamente sobre todo por la mayoría de medios de comunicación, siervos fieles del capital), cuando sin ir más lejos si miramos a nuestro alrededor aquí en nuestra casa podemos observar ese poco respeto a los Derechos Humanos. Para mí, el ver a tanta gente sin techo y desahuciada en la calle es una falta de derechos humanos, el ver a personas que rebuscan en las basuras y contenedores para a duras penas subsistir es una ausencia de DDHH, el considerar a una persona ilegal también lo es, y lo es criminalizar y acosar sistemáticamente a inmigrantes por el mero hecho de venir de otros países donde el hambre y la miseria (provocada por los más ricos) no dejan de azotar a su población, tampoco se respetan los DDHH cuando se sabe que la policía en no pocas ocasiones utiliza la tortura y métodos represivos en sus comisarias y calabozos. Flaco favor se hace a los derechos humanos cuando hemos visto a lo largo de esta crisis al gobierno utilizar ingentes cantidades de dinero público (o sea de todos y de todas) para entregárselo a las entidades financieras (sí aquellas que poco tiempo atrás sacaban pecho pavoneando de sus formidables beneficios obtenidos) y al mismo tiempo está permitiendo que familias enteras se queden en la calle porque no tienen con qué pagar a esos bancos que se han llenado sus bolsillos de dinero salido de personas trabajadoras que ahora desahucian sin ningún tipo de escrúpulos.
Los derechos humanos deberían estar siempre en el primer escalafón por encima de intereses económicos, etc. Y derechos humanos es todo aquello que permite vivir a las personas con plena libertad, igualdad (en todos los sentidos de la palabra) entre las mismas, garantía de justicia, condiciones para una vida digna de ser vivida: alimentación, agua, educación y atención sanitaria de calidad y gratuita para todo el mundo, libertad para elegir qué tipo de organización política y económica se desea, libre autogestión, igualdad de género, ausencia total de cualquier tipo de imposición venga de donde venga, acceso a una vivienda digna y en condiciones económicas justas.
Podría estar hablando sobre ello 10 páginas más, pero no es el objetivo de esta reflexión.
La cooperación al desarrollo siempre debe tener en cuenta los siguientes valores a la hora de afrontar los derechos humanos:
- Crítica y lucha frente a todo aquello que provoca y origina los grandes problemas del mundo (desigualdad, hambre, etc.).
- Fomentar la movilización social
- Luchar por conseguir un sistema más humano y más justo que el que impera hoy en día ya que el sistema capitalista y neoliberal reinante hoy en día, es contradictorio con el respeto a los derechos humanos.
- Libertad e igualdad plena de la mujer.
- Ausencia de discriminación e injusticia.
- Educación y sanidad de acceso universal y gratuita
- Anteponer a las personas y sus derechos y libertades con respecto a los intereses económicos, políticos, estratégicos y de cualquier tipo.
- Hacer que las empresas, y sobre todo las grandes multinacionales tengan que respetar los derechos humanos de forma vinculante allá por donde van.
En conclusión y como toda persona en su sano juicio sabe o debería saber (o a lo mejor se quiere mirar hacia otro lado), quien manda en este mundo cada vez más decadente es el dinero, el capital, y si no se obliga a las grandes transnacionales mundiales, al Banco Mundial, FMI, OMC, en definitiva a lo más poderosos y a la gente más influyente económicamente de este planeta, a cumplir con ciertos aspectos sociales y de DDHH básicos e inalienables, con carácter vinculante e incluso juzgar duramente a aquellos responsables que no cumplan con esos requisitos, nunca podremos llegar a cambiar nada porque los países, los gobiernos no tienen la llave para hacerlo (y ni siquiera les interesa), el poder y el control (insisto en esta idea) lo ostentan las grandes multinacionales y son ellas las que hacen y deshacen a su antojo permitiendo, provocando e incrementando las grandes diferencias entre norte-sur, imponiendo sus reglas del juego y en conclusión sumiendo y condenando a millones de personas de todo el mundo a una vida de miseria, pobreza, hambre y muerte con el fin de saciar sus terribles e inmorales intereses económicos, políticos, geoestratégicos y de todo tipo, su voracidad no tiene límites.
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