Todavía a día de hoy, la mujer sigue buscando su total emancipación, libertad y plena igualdad en un mundo dominado por el género masculino en casi todos los ámbitos (estas desigualdades y aberraciones hacia la mujer, como bien sabemos son además sangrantes en los países del sur).
Mi propósito en este y en próximos textos, no es analizar la situación actual de la mujer (no obstante tema sin duda interesante para debatir y analizar en profundidad), sino recordar a tantas y tantas pioneras y heroínas que ya desde las últimas décadas del siglo XIX y las primeras del XX lucharon incansablemente por unos derechos que les correspondían y les eran negados, dentro de la España de aquella época.
Los méritos de aquellas mujeres que hace un siglo ya alzaban la voz frente a la opresora realidad masculina, es francamente incalculable, teniendo en cuenta que en los primeros compases del pasado siglo, la mujer no tenia apenas acceso a la educación, a la vida política, cultural y social de la época y era considerada incluso en los círculos más progresistas, una guardiana y protectora del hogar y poco más.
En especial mi pequeño y humilde homenaje está dirigido en esta ocasión al colectivo de mujeres libertarias, que con tanto ahínco y tesón promovieron una batalla constante en aras de su igualdad frente al hombre y en segundo término frente al fascismo una vez producida la sublevación militar de aquel fatídico 18 de julio, me refiero a la organización de Mujeres Libres (para saber más sobre las mujeres que irán apareciendo en el texto, pinchar sobre sus nombres).
Desde los primeros compases de la II República, se fueron gestando algunos movimientos anarcofeministas, principalmente en Cataluña y muy en especial en su capital Barcelona, núcleo duro del anarquismo español, en donde nuevas generaciones de jóvenes, siguieron la brillante estela dejada por Teresa Claramunt (1862-1931) y Soledad Gustavo (1865-1939), las dos grandes madres del feminismo libertario y en general dos de las figuras más representativas del anarquismo español.
En abril de 1936 nace la organización feminista más representativa del anarcosindicalismo español, MUJERES LIBRES, creada por tres grandes intelectuales de la época, Lucía Sánchez Saornil, Amparo Poch y Gascón y Mercedes Comaposada Guillén. A lo largo de su existencia participarán muy activamente multitud de activistas comprometidas con la lucha feminista: Lola Iturbe, Pilar Grangel, Libertad Ródenas, Áurea Cuadrado, Suceso Portales, Sara Berenguer, Concha Pérez Collado, y muchas otras más que por espacio y por tiempo no se citan en este texto.
Antes de continuar, creo que debe ocupar un espacio, junto con el resto de nombres mencionados, Federica Montseny (hija de la pionera Soledad Gustavo), que aunque no estuvo integrada en el colectivo de Mujeres Libres y se desmarcó claramente del feminismo que en él se promulgaba, no debemos olvidar que llegó a ser figura clave de la CNT y la primera mujer en la historia de España que alcanzó el grado de ministra.
Mujeres libres desarrolló una combativa e infatigable actividad en pro de un mundo más justo durante tres intensos años, que abarcan desde poco después del triunfo del Frente Popular, hasta la caída de Barcelona en manos del ejército sublevado de Franco (Febrero 1939). Y entre 1937 y 1938 llegó a contar en sus filas con más de 20.000 mujeres.
Hicieron frente al alzamiento militar fascista, lucharon como milicianas en los frentes de batalla y en las retaguardias, mostraron al mundo su valentía y espíritu libertario y finalmente la dura derrota final les condujo a un irremediable y extenuante exilio.
Durante las décadas posteriores al fin de la guerra civil, mujeres exiliadas en Francia y Gran Bretaña (muchas de la cuales se han citado anteriormente), se agruparon y organizaron cierta actividad continuando la línea de Mujeres Libres aunque no tuvieron la continuidad y el seguimiento de la época dorada de la organización.
Tras la muerte del dictador, Mujeres Libres volvió a reaparecer en Barcelona (1976), donde nuevas generaciones se mezclaron con las incombustibles figuras de Sara Berenguer y Suceso Portales, lo cual provocó tensiones debido a las diferentes formas de entender el mundo anarquista y feminista y de afrontar las nuevas realidades de finales de los 70 (perspectiva del nuevo feminismo frente al antiguo ideario anclado en la lucha de la guerra civil y exilio).
Este blog recordará en próximas fechas con pequeñas biografías, a varias de las principales mujeres, que gracias a sus escritos, logros personales, luchas incansables, actitudes políticas y reivindicativas y en definitiva a su espíritu de rebeldía frente a las realidades de su tiempo, consiguieron imponer su sello en la historia, allanando sin duda, el largo camino de la igualdad de la mujer en un mundo dominado por los hombres.
Sobre mujeres libres:
http://www.nodulo.org/ec/2009/n092p12.htm
http://esparreguera.cnt.es/index.php/noticies/37-cultura/197-mujeres-libres-y-mujeres-libres-en-el-exilio-
http://esparreguera.cnt.es/index.php/noticies/37-cultura/197-mujeres-libres-y-mujeres-libres-en-el-exilio-
Desde aquí, aprovecho para reconocer y agradecer la labor de la gran historiadora Mary Nash por su gran conocimiento sobre la lucha de la mujer y en especial por el minucioso y exhaustivo texto sobre el anarcofeminismo español "Libertarias y anarcofeminismo" incluido en el libro "Tierra y libertad. Cien años de anarquismo en España" publicado en septiembre de 2010 y coordinado por el siempre interesante historiador Julián Casanova.
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