MENOS PISTOLAS
TENÍA tres columnas en la cabeza y al final he escrito las tres. 1) El columnista de local busca una excusa argumental para escribir sobre el monotema y la encuentra enseguida: el adiós a las armas de ETA va a cambiar el paisaje humano de nuestras calles. Se acabó mirar debajo del coche, convivir con la siniestra sombra del guardaespaldas, vivir con miedo para cientos de personas. Excelente noticia que llega tarde para muchos. Puto horror. Puñetero empecinamiento. Puestos a retirar pistolas de las calles, no hay por qué quedarse en las de ETA y los guardaespaldas. En Navarra, entre guardiaciviles, policías nacionales, forales y municipales suman 3.449 agentes para un total de 636.000 habitantes. Eso supone una tasa de 5,4 policías por cada mil habitantes. El índice español es dos puntos menor, y aun así es el mayor de toda la UE. Navarra, reserva policial de occidente. 2) Según Roosvelt, un político se convierte en estadista cuando empieza a pensar más en las próximas generaciones que en las próximas elecciones. Otegi lo parafraseó recientemente al ser entrevistado por John Carlin para El País. Yo tenía un estadista dentro y no lo sabía. Desde que ETA anunció su adiós a las armas, pienso mucho más en las próximas generaciones que en las próximas elecciones. Dicho de manera más simple, pienso más en nuestra hija que en el 20N. Me alegra enormemente que no vaya a conocer toda esta mierda. A lo peor le tocarán otras todavía mayores. Pero no ésta, tan vieja y tan pútrida. Una mierda que todavía conlleva que tal día como hoy mis sobrinos, los hijos de mi prima, miembros también de las próximas generaciones, vayan a hacer un viaje de cientos de kilómetros hasta Valencia, para poder ver a su padre durante 40 minutos, a través de un grueso panel de metacrilato. Está preso por haber realizado una labor estrictamente política y pública. Otra vez: puto horror. Puñetero empecinamiento. 3) Lo primordial es que no haya más víctimas físicas. Pero también es importante que deje de haber lo que el gran Mikel Aramendi -quien no sepa euskera se pierde un analista sagaz de admirable cultura enciclopédica- denomina "víctimas ideológicas". Se refiere a los miles y miles de personas que, si bien no han sido víctimas directas de la violencia, sí que lo han sido de la puñetera dinámica del "o estás conmigo o estoy contra ti", de la que tanto provecho político han sacado unos y otros. Urge abandonar esas perniciosas inercias y recuperar el respeto por las posiciones políticas de los demás. Ya puestos, también por sus derechos civiles, políticos, culturales... Las próximas generaciones se merecen una sociedad con menos pistolas y más empatía y derechos. Brindo por ello.
JUAN KRUZ LAKASTA (Diario de Noticias de Navarra) 22/10/2011
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