Hace exactamente 100 años, en la localidad de Villa de Ayala (en la actualidad Ciudad de Ayala) situada en el Estado de Morelos, al sur de México, fue proclamado el texto más sagrado para los zapatistas, el Plan de Ayala. Desde entonces, los gritos revolucionarios campesinos de TIERRA Y LIBERTAD
y LA TIERRA ES DE QUIEN LA TRABAJA, no han parado de sonar en el sur del estado mexicano.
y LA TIERRA ES DE QUIEN LA TRABAJA, no han parado de sonar en el sur del estado mexicano.
Había transcurrido un año desde que Francisco Madero mediante el Plan de San Luis (20/11/1910), convocara al pueblo a levantarse en armas contra el dictador Porfirio Díaz, lo que originó el inicio de la revolución mexicana. Durante el año 1911, con el dictador ya huido, hubo enfrentamientos entre las fuerzas maderistas y las tropas leales al régimen. El irrepetible guerrillero Pancho Villa ya comenzaba a infundir respeto en el norte del estado mexicano en apoyo de la Revolución maderista.
Se llevaron a cabo elecciones presidenciales en octubre, en las cuales salió elegido Francisco Madero como presidente del país.
Emiliano Zapata y su gente, que ya habían comenzado la revolución campesina en el Estado de Morelos triunfando en pocos meses frente a las fuerzas federales porfiristas, solicitaban a Madero una reforma agraria profunda. Pedían la colectivización de todas las tierras que estaban en manos de explotadores, caciques y grandes terratenientes para que pudieran ser gestionadas exclusivamente por aquellos que trabajaban la tierra, los campesinos y jornaleros.
ANTECEDENTES:
Emiliano Zapata fue de los primeros generales en reunirse con el entonces candidato y futuro presidente F.Madero, fue el 7 de junio de 1911, y en la comida a la que acude se encuentra con todo tipo de aduladores que le deja un mal sabor de boca. Días más tarde Madero en su campaña electoral visita Morelos, el territorio zapatista. La conducta del candidato que trata por igual a campesinos revolucionarios que a ricos hacendados, hace surgir serias dudas al guerrillero.
El 21 de junio Zapata se entrevista con Madero en su casa, en donde Zapata expuso las razones de "su" revolución. A continuación se expone de manera literal algo que le dijo a Madero y que resume a la perfección el espíritu zapatista:
"Mire, señor Madero, si yo aprovechándome de que estoy armado le quito su reloj y me lo guardo, y andando el tiempo nos volvemos a encontrar, los dos armados con igual fuerza, ¿tendría derecho a exigirme su devolución?"
A lo que Madero respondió "Sin duda, incluso le pediría una indemnización."
Emiliano afirmó tajantemente; "Pues eso, justamente, es lo que nos ha pasado en el estado de Morelos, en donde unos cuantos hacendados se han apoderado por la fuerza de las tierras de los pueblos. Mis soldados (los campesinos armados y los pueblos todos) me exigen diga a usted, con todo respeto, que desean se proceda desde luego a la restitución de sus tierras."
Por aquel entonces el general, confiaba en la palabra de Madero y esperaba que cuando fuese elegido presidente cumpliría con los deseos zapatistas. Sin embargo el transcurso de los acontecimientos le hizo ver la realidad y conforme se acercaban las elecciones (octubre 1911) el zapatismo cada vez tenía más dudas sobre las promesas del futuro presidente, le veían débil, incapaz de imponerse ante el viejo Victoriano Huerta y Francisco León de La Barra (presidente interino que consideraba a Zapata un simple rebelde).
Una vez que Madero fue elegido presidente de la República, las diferencias entre ambos lejos de disminuir, fueron a más hasta romperse definitivamente. Los siguientes hechos así lo demuestran:
Zapata se entrevista con Madero en el palacio nacional, donde sostienen una fuerte discusión. Madero ofrece a Zapata una hacienda en el estado de Morelos "como pago a sus servicios a la Revolución", cosa que enfurece a Zapata que le contesta:
"No, señor Madero. Yo no me levanté en armas para conquistar tierras y haciendas. Yo me levanté en armas para que al pueblo de Morelos le sea devuelto lo que le fue robado. Entonces pues, señor Madero, o nos cumple usted, a mí y al estado de Morelos lo que nos prometió, o a usted y a mí nos lleva la chichicuilota."
Dicho esto mientras en gesto amenazador, golpeó con fuerza su carabina 30-30 sobre el escritorio de Madero.
DESENLACE:
El 28 de noviembre de 1911 Zapata dió a conocer el Plan de Ayala, redactado por Otilio E. Montaño, documento que se convertiría en su estandarte y en el fiel ejemplo de la ideología de los campesinos morelenses. En dicho plan, se desconoce a Francisco Madero como presidente por traicionar las causas campesinas, además los zapatistas llamaban a las armas para restituir la propiedad de las tierras a los campesinos, pues se sostenía que las tierras habían sido arrebatadas al pueblo por caciques, hacendados y terratenientes, y deberían ser devueltas a sus dueños originarios. Por ello el Plan sostiene que los campesinos deben presentar sus títulos de propiedad, los cuales en su mayoría eran de tipo comunal y se originaban en el virreinato, estos títulos habían sido declarados sin valor bajo las condiciones de la Ley Lerdo, que formaba parte de las Leyes de Reforma, por lo que había sido fácil legalmente hablando el despojo de tierras que los comuneros no trabajaban.
El revolucionario del norte, Pascual Orozco, también se adhirió al plan de Ayala en febrero de 1912, Madero encargó a Victoriano Huerta enfrentar a las tropas de Orozco, quien fue derrotado, aunque en realidad, Orozco nunca tomó en cuenta el plan zapatista en su programa político, ya que sus objetivos eran contrarios a los de Zapata.
Cuando Victoriano Huerta asumió el poder ejecutivo gracias a un golpe de estado y asesinando a Madero en 1913, Orozco se unió al usurpador y Zapata, indignado por la conducta de Orozco, hizo reformas al plan de Ayala, en las cuales ahora desconocía a Huerta como presidente y declaraba a Orozco traidor a la Revolución (de hecho, Zapata fusiló al padre de Orozco, al mismo tiempo que rechazó la propuesta que le hacía Orozco cuando trataron de convencer al caudillo del sur de que se uniera a Huerta), tomando el mando de las tropas adheridas a dicho plan Emiliano Zapata, quien declaró que no descansaría hasta que ambos traidores fueran derrotados y que los ideales del plan de Ayala se hicieran realidad.
Emiliano Zapata:
Plan de Ayala:
Revolución mexicana:
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