Con el cierre de Inasa son 168 compañeras y compañeros que se quedan en desempleo. 168 familias que se van a quedar sin su principal sustento económico y van a verse en una situación comprometida.
¿Como ha podido acabar cerrando una empresa como Inasa? ¿Como puede ser que se haya ido a la quiebra una empresa que llevaba tantos años asentada en Navarra, que ha disfrutado de épocas de enormes picos de producción, contando con amplia plantilla de trabajadores y que ha llegado a obtener grandes beneficios?
Los trabajadores y trabajadoras de Inasa, empresa dedicada a la transformación del aluminio situada en Irurtzun, ha luchado durante muchos meses por una solución digna a la delicada situación.
Solicitaron ayuda al Gobierno de Navarra para que tomara cartas en el asunto, pero la señora Barcina y sus secuaces fieles a su estilo apenas movieron un dedo para intentar buscar una salida diferente al cierre definitivo de la planta. El desenlace ya lo conocen, pago de indemnizaciones (pan para hoy y hambre para mañana) y 168 personas a la calle, con los graves estragos que ello supone para el pueblo de Irurtzun (donde reside la mayoría de la plantilla) y en general para toda la sakana.
Sin embargo los trabajadores de la empresa Inasa y sus familias deben estar muy orgullosos por las grandes virtudes que han mostrado durante este tiempo de lucha. Han sido una piña, han ido tod@s a una. Han apartado diferencias para pelear por un futuro para tod@s. Han mostrador entereza en todo momento, respeto, constancia, fuerza, dedicación, solidaridad y en ningún momento se han arrodillado ante la Dirección de la empresa. Han realizado numerosas movilizaciones, huelgas, concentraciones a las puertas de la fábrica, manifestaciones por todo Pamplona, etc. etc.
Lo más importante es que no se ha mirado intereses individuales sino que se ha mirado el bien común, el intentar mantener el trabajo incluso ofreciendo a su empresa reducirse sus sueldos en grandes porcentajes, con tal de seguir con sus actividades laborales. En definitiva han sido tod@s uno.
Por todo ello, tod@s los que pertenecemos a la clase trabajadora tenemos que estar muy orgullosos de las y los trabajadoras y trabajadores de Inasa. Han sido un ejemplo de tenacidad en la lucha obrera, y debemos aprender a hacer como ellos, a unirnos ante el enemigo común que no es otro que la avaricia, la especulación y el acaparamiento capitalista. En próximos meses seguramente vendrán más situaciones similares en vista de como está la situación y las políticas que se están empleando, así que no queda otra que seguir movilizándose al mismo tiempo que ser consecuentes tod@s nosotr@s con nuestros ideales en el día a día.
Si luchamos podemos perder, si no hacemos nada estamos perdidos.
Para finalizar, quiero desear la mejor de las suertes y mostrar todo mi apoyo a toda la plantilla de Inasa y en general a tod@s l@s compañer@s que están en desempleo o en situación complicada en sus trabajos.
La emblemática frase que Marx y Engels citaron en el Manifiesto Comunista resuena hoy con más fuerza que nunca:
¡¡¡TRABAJADORES DE TODOS LOS PAÍSES, UNÍOS!!!
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