Ayer fue el 143 aniversario del nacimiento de uno de los más grandes revolucionarios de la historia, Vladímir Ilich Uliánov, Lenin (22-04-1870). A propósito de esta importante efeméride, a continuación se expone un escrito breve pero imprescindible de Lenin para entender la Revolución Bolchevique. "Las tareas del proletariado en la presente revolución", más conocido como "Las Tesis de abril", fue un texto escrito al llegar a Petrogrado a principios de abril de 1917, momento en el que el líder revolucionario comenzó a encabezar y guiar definitivamente a la clase obrera y al pueblo ruso hacia su victoria frente a la burguesía y la aristocracia, alcanzada en octubre de dicho año y afianzada en 1920 después de vencer en una dura guerra civil (1918-20) con el ejército rojo, creado y liderado por Trotsky, a las tropas contrarrevolucionarias y reaccionarias del ejército blanco.
LAS TAREAS DEL PROLETARIADO EN LA PRESENTE REVOLUCIÓN
El artículo Las tareas del proletariado en la presente revolución, publicado el 7 de abril de 1917 en el número 26 de Pravda con la firma de N.Lenin, contiene las famosas Tesis de Abril de V.I. Lenin, que escribió, por lo visto, en el tren la víspera de su llegada a Petrogrado.
Habiendo llegado a
Petrogrado únicamente el 3 de abril por la noche, es natural que sólo en nombre
propio y con las consiguientes reservas, debidas a mi insuficiente preparación,
pude pronunciar en la asamblea del 4 de abril un informe acerca de las tareas
del proletariado revolucionario.
Lo único que podía hacer
para facilitarme la labor -y facilitársela también a los opositores de buena
fe- era preparar unas tesis por escrito. Las leí y entregué el texto al
camarada Tsereteli. Las leí muy despacio y por dos veces: primero en la reunión
de bolcheviques y después en la de bolcheviques y mencheviques.
Publico estas tesis
personales mías acompañadas únicamente de brevísimas notas explicativas, que en
mi informe fueron desarrolladas con mucha mayor amplitud.
TESIS
1. En nuestra actitud ante
la guerra, que por parte de Rusia sigue siendo indiscutiblemente una guerra
imperialista, de rapiña, también bajo el nuevo gobierno de Lvov y Cía., en
virtud del carácter capitalista de este gobierno, es intolerable la más pequeña
concesión al "defensismo revolucionario".
El proletariado
consciente sólo puede dar su asentimiento a una guerra revolucionaria, que
justifique verdaderamente el defensismo revolucionario, bajo las siguientes
condiciones: a) paso del poder a manos del proletariado y de los sectores más
pobres del campesinado a él adheridos; b) renuncia de hecho y no de palabra, a
todas las anexiones; c) ruptura completa de hecho con todos los intereses del
capital.
Dada la indudable buena
fe de grandes sectores de defensistas revolucionarios de filas, que admiten la
guerra sólo como una necesidad y no para fines de conquista, y dado su engaño
por la burguesía, es preciso aclararles su error de un modo singularmente
minucioso, paciente y perseverante, explicarles la ligazón indisoluble del
capital con la guerra imperialista y demostrarles que sin derrocar el capital
es imposible poner fin a la guerra con una paz verdaderamente democrática y no
con una paz impuesta por la violencia.
Organizar la propaganda
más amplia de este punto de vista en el ejército de operaciones.
Confraternización en el
frente.
2. La peculiaridad del
momento actual en Rusia consiste en el paso de la primera etapa de la
revolución, que ha dado el poder a la burguesía por carecer el proletariado del
grado necesario de conciencia y de organización, a su segunda etapa, que debe
poner el poder en manos del proletariado y de las capas pobres del campesinado.
Este tránsito se
caracteriza, de una parte, por el máximo de legalidad (Rusia es hoy el más
libre de todos los países beligerantes); de otra parte, por la ausencia de
violencia contra las masas y, finalmente, por la confianza inconsciente de
éstas en el gobierno de los capitalistas, los peores enemigos de la paz y del
socialismo.
Esta peculiaridad exige
de nosotros habilidad para adaptarnos a las condiciones especiales de la labor
del partido entre masas inusitadamente amplias del proletariado que acaban de
despertar a la vida política.
3. Ningún apoyo al Gobierno
Provisional; explicar la completa falsedad de todas sus promesas, sobre todo de
la renuncia a las anexiones. Desenmascarar a este gobierno, que es un gobierno
de capitalistas, en vez de propugnar la inadmisible e ilusoria
"exigencia" de que deje de ser imperialista.
4. Reconocer que, en la
mayor parte de los Soviets de diputados obreros, nuestro partido está en
minoría y, por el momento, en una minoría reducida, frente al bloque de todos
los elementos pequeñoburgueses y oportunistas -sometidos a la influencia de la
burguesía y que llevan dicha influencia al seno del proletariado-, desde los
socialistas populares y los socialistas revolucionarios hasta el Comité de
Organización (Chjeídze, Tsereteli, etc), Steklov, etc, etc.
Explicar a las masas que
los Soviets de diputados obreros son la única forma posible de gobierno
revolucionario y que, por ello, mientras este gobierno se someta a la
influencia de la burguesía, nuestra misión sólo puede consistir en explicar los
errores de su táctica de un modo paciente, sistemático, tenaz y adaptado
especialmente a las necesidades prácticas de las masas.
Mientras estemos en
minoría, desarrollaremos una labor de crítica y esclarecimiento de los errores,
propugnando al mismo tiempo, la necesidad de que todo el poder del Estado pase
a los Soviets de diputados obreros, a fin de que, sobre la base de la
experiencia, las masas corrijan sus errores.
5. No una república
parlamentaria -volver a ella desde los Soviets de diputados obreros sería dar
un paso atrás- sino una república de los Soviets de diputados obreros, braceros
y campesinos en todo el país, de abajo arriba.
Supresión de la policía,
del ejército y de la burocracia.1
La remuneración de los
funcionarios, todos ellos elegibles y amovibles en cualquier momento, no deberá
exceder del salario medio de un obrero calificado.
6. En el programa agrario,
trasladar el centro de gravedad a los Soviets de diputados braceros.
Confiscación de todas
las tierras de los latifundios.
Nacionalización de todas
las tierras del país, de las que dispondrán los Soviets locales de diputados
braceros y campesinos. Creación de Soviets especiales de diputados campesinos
pobres. Hacer de cada gran finca (con una extensión de 100 a 300 deciatinas,
según las condiciones locales y de otro género y a juicio de las instituciones
locales) una hacienda modelo bajo el control de diputados braceros y a cuenta
de la administración local.
7. Fusión inmediata de
todos los bancos del país en un Banco Nacional único, sometido al control de
los Soviets de diputados obreros.
8. No
"implantación" del socialismo como nuestra tarea inmediata, sino
pasar únicamente a la instauración inmediata del control de la producción
social y de la distribución de los productos por los Soviets de diputados
obreros.
9. Tareas del partido:
·
celebración inmediata de un congreso del partido;
·
modificación del programa del partido, principalmente:
o
sobre el imperialismo y la guerra imperialista,
o
sobre la posición ante el Estado y nuestra reivindicación de un
"Estado-Comuna"2
o
reforma del programa mínimo, ya anticuado;
o
cambio de denominación del partido3
· 10. Renovación de la Internacional.
·
Iniciativa de constituir una Internacional revolucionaria, una
·
Internacional contra los socialchovinistas y contra el "centro".4
Para que el lector
comprenda por qué hube de resaltar de manera especial, como rara excepción, el
"caso" de opositores de buena fe, le invito a comparar estas tesis
con la siguiente objeción del señor Goldenberg: Lenin -dice- "ha
enarbolado la bandera de la guerra civil en el seno de la democracia
revolucionaria". (Citado en el periódico Edinstvo, del señor Pléjanov,
núm.5)
Una perla, ¿verdad?
Escribo, leo y machaco:
"Dada la indudable buena fe de grandes sectores de defensistas
revolucionarios de filas..., dado su engaño por la burguesía, es preciso
aclararles su error de un modo singularmente minucioso, paciente y
perseverante..."
Y esos señores de la
burguesía, que se llaman socialdemócratas, que no pertenecen ni a los grandes
sectores ni a los defensistas revolucionarios de filas, tienen la osadía de
reproducir sin escrúpulos mis opiniones, interpretándolas así: "ha
enarbolado (!) la bandera (!) de la guerra civil" (¡ni en las tesis ni en
el informe se habla de ella para nada!) "en el seno (!!) de la democracia
revolucionaria..."
¿Qué significa eso? ¿En
qué se distingue de una incitación al pogromo?, ¿en qué se diferencia de
Rússkaya Volia?
Escribo, leo y machaco:
"Los Soviets de diputados obreros son la única forma posible de gobierno
revolucionario y, por ello, nuestra misión sólo puede consistir en explicar los
errores de su táctica de un modo paciente, sistemático, tenaz y adaptado
especialmente a las necesidades prácticas de las masas..."
Pero cierta clase de
opositores exponen mis puntos de vista ¡¡como un llamamiento a la "guerra
civil en el seno de la democracia revolucionaria"!!
He atacado al Gobierno
Provisional por no señalar un plazo, ni próximo ni remoto, para la convocatoria
de la Asamblea Constituyente y limitarse a simples promesas. Y he demostrado
que sin los Soviets de diputados obreros y soldados no está garantizada la
convocatoria de la Asamblea Constituyente ni es posible su éxito.
¡¡¡Y se me imputa que
soy contrario a la convocatoria inmediata de la Asamblea Constituyente!!!
Calificaría todo eso de
expresiones "delirantes" si decenas de años de lucha política no me
hubiesen enseñado a considerar una rara excepción la buena fe de los
opositores.
En su periódico, el
señor Pléjanov ha calificado mi discurso de "delirante". ¡Muy bien,
señor Pléjanov! Pero fíjese cuán torpón, inhábil y poco perspicaz es usted en
su polémica. Si me pasé dos horas delirando, ¿por qué aguantaron cientos de
oyentes ese "delirio"? ¿Y para qué dedica su periódico toda una
columna a reseñar un "delirio"? Mal liga eso, señor Pléjanov, muy
mal.
Es mucho más fácil,
naturalmente, gritar, insultar y vociferar que intentar exponer, explicar y
recordar cómo enjuiciaban Marx y Engels en 1871, 1872 y 1875 las experiencias
de la Comuna de París y qué decían acerca del tipo de Estado que necesita el
proletariado.
Por lo visto, el ex
marxista señor Pléjanov no desea recordar el marxismo.
He citado las palabras
de Rosa Luxemburgo, que el 4 de agosto de 1914 denominó a la socialdemocracia
alemana "cadáver maloliente". Y los señores Pléjanov, Goldenberg y
Cía. se sienten "ofendidos" ... ¿en nombre de quién? ¡En nombre de
los chovinistas alemanes, calificados de chovinistas!
Los pobres
socialchovinistas rusos, socialistas de palabra y chovinistas de hecho, se han
armado un lío.
N.Lenin (7 de abril de 1917)
Notas:
1. Nota 1 de Lenin: Es decir, sustitución del ejército permanente con el armamento general del pueblo.
2. Nota de Lenin: Es decir, de un Estado cuyo prototipo dio la Comuna de Paris.
3. Nota de Lenin: En lugar de "socialdemocracia", cuyos líderes oficiales han traicionado al socialismo en el mundo entero, pasándose a la burguesía (lo mismo los "defensistas" que los vacilantes "kautskianos"), debemos denominarnos Partido Comunista.
4. Nota Lenin: En la socialdemocracia internacional se llama "centro" a la tendencia que vacila entre los chovinistas (o "defensistas") y los internacionalistas, es decir: Kautsky y Cía. en Alemania, Longuet y Cía. en Francia, Chjeídze y Cía. en Rusia, Turati y Cía. en Italia, McDonald y Cía. en Inglaterra, etc.
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