CARLOS PÉREZ CONDE
Diario de Noticias, 18/05/2014
Carga del cargo. O descaro. En vísperas de las
elecciones al Parlamento Europeo, el secretario general del PSN-PSOE, Roberto
Jiménez, ha firmado una carta pública en la que anima a la ciudadanía navarra a
votar cambio: "Apostamos por el cambio, y ese cambio empieza por
Europa". Dos muestras de su idea de cambio: la alianza de la
socialdemocracia alemana con Angela Merkel o los drásticos recortes del
socialismo gobernante en Francia. Barbas y vecinos. ¿Acaso olvida que PSOE y PP
pactaron de la noche a la mañana, y sin refrendo ciudadano, una reforma
constitucional relativa al déficit público impuesta desde la Europa dominada
por la derecha? Lo más obsceno es su relato: "A los socialistas navarros
nos hubiese gustado que en las mesas electorales de Navarra hubiera habido, en
esa fecha, una urna más, la relativa al Parlamento foral. Es conocido que no
fue posible". En otro párrafo: "Saben que no pudimos provocar un
adelanto electoral". ¿Cabe mayor grado de indecencia y cinismo político?
El PSN amagó y el PSOE se lo prohibió. La autoridad federal le redujo a su
condición de franquicia territorial sin autonomía para asuntos de
trascendencia. Intentaron quebrantar el manual y Ferraz les dejó quemarse en la
hoguera de la chulería grandilocuente: "El PSOE en Navarra soy yo"
(Jiménez dixit). Sumisión sobre dignidad. Y pretende que electores navarros
apoyen en Europa por la vía de su "socialismo" el cambio que han
frustrado en Navarra con hiriente reiteración. "Cuando expresamos Tú
mueves Europa, queremos
significar el protagonismo de la ciudadanía europea". O el de la
extremeña. El de la navarra puede esperar. Uno de los más activos jaleadores de
la campaña socialista europea es Juan Moscoso del Prado, huido por piernas de
su fracaso electoral en Navarra y leal a Alfredo Pérez Rubalcaba, ejecutor
implacable del veto a la moción de censura contra Barcina. Ni Rubalcaba ni
Valenciano ni Jaúregui visitan Navarra. No dan la cara, no.
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