Mantienen
el gobierno y sus intelectuales orgánicos que ya se ve la luz al final del
túnel, sin embargo, lo más importante es el hecho de que, salgamos del túnel
cuando salgamos, el paisaje que nos vamos a encontrar va a ser sustancialmente
distinto del anterior. En este contexto, lo que logremos construir en la
resistencia ante la crisis, va a revelarse clave para lograr un cambio social y
político en el futuro inmediato. Movilización, organización y lucha por
desbancar la hegemonía ideológica del liberalismo son caras de una misma
moneda.
Comprometidos
con la movilización y la organización, desde la JUNTA REPUBLICANA DE IZQUIERDAS
DE NAVARRA vamos a tratar de contribuir también al tercer eje, la lucha en el
terreno de las ideas. Por ello, desde la Junta, un grupo muy plural de personas
nos hemos constituido en el Colectivo RES PUBLICA con la intención de
contribuir de forma sistemática en este debate.
Para nuestra aparición hemos elegido un tema con el que se
nos viene machacando de forma tan persistente como infundada, el "dogma" de la ineficacia e
ineficiencia de los servicios públicos. Estamos asistiendo en nuestro país a un proceso de
privatización de los servicios públicos sin causa económica que lo justifique,
para lo que hemos elegido cuatro ejemplos de actualidad.
La
realidad es que la privatización de los servicios públicos es la concreción de
uno de los principios básicos de la doctrina neoliberal, planteando que todo lo
privado es mucho más eficiente y barato que lo público. Dicho axioma neoliberal,
como muchos otros del neoliberalismo son falsos, pero al disponer del poderoso
aparato mediático hace que la sociedad se los crea. El mecanismo privatizador siempre funciona
de igual manera, siendo tres los aspectos básicos:
1º
Los trabajadores de los servicios públicos privatizados son los paganos con una
disminución de sus salarios que suelen oscilar con descensos salariales entre
el 20-40 %. A esto hay que añadir una pérdida de derechos sociales y
laborales (aumento de jornada laboral, pérdida de derechos sociales ya
adquiridos). Por último, una disminución de la plantilla.
2º
Al poco tiempo de la concesión, cuando la empresa entiende que ya es
irreversible, plantea un encarecimiento del servicio. Esto le
permite rentabilizar el servicio, unido a la falta de inversión en el mismo,
que acaba con un servicio cada vez de peor calidad.
3º
Siempre las empresas privadas exigen un porcentaje de beneficio fijo, que suele
oscilar alrededor del 10 %. Son estas empresas privadas quienes
habitualmente pagan comisiones a los partidos políticos, favoreciendo la
corrupción del país.
Sin
embargo estamos asistiendo en otros países europeos al proceso inverso, debido
a la mala calidad y oscura gestión del servicio prestado por las empresas
privadas y su carestía. Veamos cuatro ejemplos
El primero
fue en la Gran Bretaña de Margaret Thatcher, adalid del neoliberalismo.
Los ferrocarriles británicos funcionaban muy bien, con buen precio del billete,
beneficios, inversiones constantes de vías e infraestructuras, buen trato
laboral y nulos accidentes. Thatcher los privatizó ¿Qué pasó? Un encarecimiento de los billetes,
empeoramiento de las condiciones laborales y disminución de las plantillas,
graves accidentes ferroviarios ante el envejecimiento de las
unidades. Ante esto ¿qué
sucedió? Los ferrocarriles volvieron al Estado, haciendo que su
coste disminuya y las condiciones de los trabajadores mejoraran y hubiera nulos
accidentes. Este es un ejemplo claro de lo público/privado.
El segundo
es el Ayuntamiento de León, presidido por el PP, que privatizó el sistema de
limpieza. Consecuencia de ello, el servicio empeoró y el
coste para los leoneses fue más caro. Recientemente el
Ayuntamiento, que sigue dirigido por el PP, lo remunicipalizó, consecuencia de
ello ha supuesto un 25% de reducción en su coste y los trabajadores han
mejorado laboralmente. Se pueden ver diariamente los conflictos de
servicios públicos privatizados como los de Madrid, Málaga, etc.
El tercer
ejemplo es París, capital de las dos principales multinacionales del mundo en
el agua, Suez y Veolia. París privatizó el agua en 1985 y se
repartió esta concesión entre ambas multinacionales. Para Bruno
Nguyen, director de la actual Eau de París, “se
asignaban concesiones sin concurso, los contratos carecían de objetivos claros,
por lo que era difícil pedir a las operadoras privadas que rindieran cuentas y
los flujos de dinero eran opacos… Los usuarios finales no entendían cómo se
repartían las responsabilidades y las soluciones técnicas también eran muy
diversas, ya que dependían de cada operadora”. Se creó la sociedad pública
Eau de Paris en el año 2010, que entiende que el agua es un bien común y, por
lo tanto, se debe preservar mediante una gestión responsable y equitativa.
El primer año de la remunicipalización consiguió un abaratamiento del 8% de su
recibo y presentó un superávit de 30 millones de euros destinados a la
mejora de las instalaciones y redes públicas de agua.
El cuarto
ejemplo es la ciudad de Berlín, donde su sistema de agua estaba dirigido por la
sociedad Berlín WasserBetrieb, siendo privatizada y repartida entre la
multinacional francesa Veolia y la alemana RWE (tercera multinacional del agua
en el mundo y con sede en Berlín). Ante el mal servicio prestado,
el ayuntamiento de Berlín ha aprobado en noviembre de 2013 la compra de la
participación de Veolia por 590 millones y la de RWE por 650
millones. Esto es consecuencia de un referéndum entre los
berlineses que fueron consultados y mayoritariamente quieren el agua bajo
gestión pública.
David
McDonald, profesor de la universidad de Queen en Canadá, dice que “vemos como cada vez más ciudades de todo el
mundo están remunicipalizando los servicios de agua. Desde Hamilton
en Canadá, a Dar Es Salam en Tanzania, pasando por Buenos Aires, o
Malasia. ¿Por qué se remunicipaliza? Pues sencillamente
porque está fracasando. Las compañías no sólo no han cumplido con
sus promesas, sino que, en algunos casos, al no conseguir las ganancias que
proyectaban, simplemente se han marchado como fue en Buenos Aires… incluso en
Estados Unidos, estamos viendo cómo se remunicipalizan más servicios, porque
cada vez se tiene mayor conciencia de que el sector privado es muy caro y
dificulta el seguimiento de los servicios y contratos, así que no sólo es una
cuestión de ideología”.
Noam
Chomsky dice: “La privatización de
servicios públicos como el agua es una operación contra la democracia.
Esto, es tanto más cierto, cuando se trata de servicios de agua potable o de su
administración. Quien controle estos recursos tiene demasiado poder.
Si el poder del Estado es siempre peligroso y por eso mismo le ponemos límites
y tiempo de duración, no se puede decir lo mismo del poder privado que se funda
en el dinero que los demás no tenemos”.
La defensa de lo público se convierte en garantía de futuro
y de bienestar garantizando una gestión eficiente y ética.
El
Colectivo RES PUBLICA lo forman: Ainhoa Aznárez, Edmundo Fayanás, Miguel
Izu, Paco Jiménez, Eduardo Lacasta, Alfredo Mazariegos, Javier de Miguel y Goyo
Ojer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario