“El Partido Socialista Obrero español declara que su aspiración es:
Abolición de clases, o sea,
emancipación completa de los trabajadores. Transformación de la propiedad
individual en propiedad social o de la sociedad entera. Posesión del Poder
político por la clase trabajadora.
Y como medios inmediatos para
acercarnos a la realización de este ideal los siguientes: Libertades políticas.
Derecho de coalición o legalidad de las huelgas. Reducción de las horas de
trabajo. Prohibición del trabajo de los niños menores de nueve años, y de todo
trabajo poco higiénico o contrario a las buenas costumbres, para las mujeres.
Leyes protectoras de la vida y de la salud de los trabajadores. Creación de
comisiones de vigilancia, elegidas por los obreros, que visitarán las
habitaciones en que éstos vivan, las minas, las fábricas y los talleres.
Protección a las Cajas de socorro mutuos y pensiones a los inválidos del
trabajo. Reglamento del trabajo de las prisiones. Creación de escuelas
gratuitas para la primera y segunda enseñanza y de escuelas profesionales en
cuyos establecimientos la instrucción y educación sean laicas. Justicia
gratuita y Jurado para todos los delitos. Servicio de las Armas obligatorio y
universal y milicia popular. Reformas de las leyes de inquilinato y desahucios
y de todas aquellas que tiendan directamente a lesionar los intereses de la
clase trabajadora. Adquisición por el Estado de todos los medios de transporte
y de circulación, así como de las minas, bosques, etc., y concesión de los
servicios de estas propiedades a las asociaciones obreras constituidas o que se
constituyan al efecto. Y todos aquellos medios que el Partido Socialista Obrero
Español acuerde según las necesidades de los tiempos.
Madrid, 9 de julio de 1879
Alejandro Ocina, Gonzalo H.
Zubiaurre, Victoriano Calderón, Pablo Iglesias”
Corría el año 1879, los ideales socialistas se extendían cada vez con más fuerza por toda Europa, gracias a la labor de Karl Marx y Fiedrich Engels. La I Internacional se había disuelto oficialmente tres años antes, y los ecos de aquella primera gran agrupación de la clase trabajadora a nivel internacional ya estaban presentes en la España de la Restauración, a través de pequeños sectores de intelectuales, pensadores y activistas políticos.
Aquel año se fundó el Partido Socialista Obrero Español. Un partido que nació con la intención de impregnar a la sociedad el espíritu de la lucha de clases, la emancipación de la clase trabajadora y la aplicación de las teorías marxistas, el socialismo científico.
Liderado por el gran Pablo Iglesias, una figura política de enorme envergadura, el PSOE alcanzó la representación parlamentaria en 1910, la primera vez en la historia del país que un partido obrero conseguía tener un diputado, algo difícil dentro del corrupto sistema del turnismo y caciquismo imperante por aquella época.
Hoy en día, leer este extracto del programa político del entonces recién nacido PSOE, nos recuerda la caricatura existente actualmente de este partido, prostituido desde hace décadas.
Los ideales, valores y ética socialista la abandonaron con el fin de la dictadura franquista. Se convirtió en una organización capitalista e instrumento del neoliberalismo internacional.
Señores y señoras del PSOE, retiren de una puñetera vez la palabra "Socialista" y "Obrero" del nombre de su partido, ya que no van a volver a tales ideales en la vida. Repasar su historia y hacer memoria sobre sus orígenes no les vendría nada mal, para saber lo que significa realmente el socialismo y el ser socialista. Y una cosa más, dejen de darse maquillaje una y otra vez en sus conferencias políticas, que son meras pantomimas que ya no engatusan a nadie.
Aunque la mona se vista de seda, mona se queda.
Si Pablo Iglesias, Alejandro Ocina, Victoriano Calderón, Gonzalo Zubiaurre, Largo Caballero, entre muchos otros, levantaran la cabeza...
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